lunes, 10 de octubre de 2011

PABLO MORALES, S.J. - VIOLADOR

Denuncio:
No es solo la vejación del cuerpo de una niña de 12 años, si no la de, muy probablemente, muchas.
No es solo poner a un individuo indefenso en una tremenda situación de manipulación y represión, es también llenar su sistema con duda, rencor, miedo, impotencia, dolor…
No es solo un ser deleznable, es el producto de una tremenda corrupción planetaria.
No es solo el caso ya concido del abuso sexual perpetuado por estos “hombres de Dios” a menores, es también traicionar la confianza y la fe, quebrar, desde los cimientos, la capacidad de creer y de confiar, ¡imagínate! Él era el confesor y muy, muy buen amigo de mi mamá, de mi hermano; ¡director de sección de mi escuela!!
Me hizo dudar de Dios, y eso es muy, muy duro!
Lo que es peor aún, Pablo Morales era un gran psicólogo e hipnotista, usando para terribles fines su capacidad de manipulación de la conciencia. ¡Es atroz!
No es solo mi experiencia, sino la de muchas.
A mí me mandaron a pasar una vacación sola con él, a una casita en Cuernavaca. Las razones de esta decisión me son todavía un misterio, pero las memorias de lo que ahí sucedió todavía me despiertan en la noche.
-          Vete a cambiar y me vienes a dar el besito de las buenas noches
Recuerdo elcamisoncito corto, yucateco, que llevaba. Fuí. Cuál fue mi sorpresa al entrar y verle metido en la cama.
-          Acércate…ven
Obedecí. Me agache a “darle el besito”. Inmediatamente tenía su mano debajo de mi camisón; quedé paralizada, aterrada, no entendí…
El resto esobvio.
Mucho después, cuando comenzó mi vida sexual activa, acababa llorando en cada ocasión y no sabía porque, no había ligado esa información con ese hecho; quería borrarla, no saber nada de eso.
Mi primer marido se preocupaba mucho y, en su falta de comprensión, hasta se enojaba. Luego aprendí a reprimirlo para que no se notara y, de alguna manera,UN MODO DE VIDA?
Al comenzar a hacer trabajo de introspección, meditación y psicoterapia, me encontré con que las memorias que tenía frescas y claras, no eran las únicas. Es devastador. Te ves ahí, a esa niña chiquita, ahí aterrada, y definitivamente te entran ganas de matar!
No matas, sino que entras en proceso; lloras, golpeas cojines, escupes, vomitas, lo odias, lo vuelves aodiar; lloras por ti y por todas las demás; mueres de miedo por tus hijas, tus sobrinas, las demás; vuelves a odiar y vuelves a llorar. Después de un proceso largo que NUNCA debió de haberse necesitado (porque, en principio, no debió de haber sucedido), te calmas, asimilas, digieres, integras.
Y luego denuncias.
¿Cómo? Así: Un “fiel servidor de Dios”, me hace esto, ¡una y otra vez!
Nos costó muchos  años caer en cuenta, realmente, de lo que sucedió. Con el tiempo encontré a Luz, otra víctima de Morales, y en ese hecho se probaron dos cosas:
UNA no es alucine, invento de la infancia, memorias tergiversadas. Es real.
DOS: no soy un caso aislado, si somos 2 muy probablemente seamos muchas, dado que en un contexto escolar, y  con un puesto de confianza, este señor, tenía de donde elegir!

El propósito de la presente no es romperles el corazón con mi historia, es hacer conciencia deque mi historia  es nuestra historia; y, lamentablemente, sigue siendo la historia de muchas: ¡es eso lo que hay que tener presente y tomar acción y protección de nuestras niñas!
El propósito de la presente es una denuncia y una llamada de atención.  Y es que normalmente los Jesuitas se conocen por grandes educadores, revolucionarios; abiertos y hasta divertidos, lo cual nos habla de seres con consciencia y menos reprimidos. Uno pensaría que el abuso de menores se daría más en órdenes cerradas y estrictas.
Pero este Jesuita, querido por muchos, ¡¡¡fue un violador!!!
No solo abusó de las niñas, de la confianza de sus padres,  de la orden y de la escuela. También abusó de DIOS.
Con esas manos consagró, o pretendió hacerlo, con esas manos tocó la cabecita de montones de bebés, con esas manos y boca sucia pronuncio matrimonios  y oraciones de muertos. ¡CERDO!
Este ser deleznable  caso y bautizó. Estos sacramentos deben ser realizados por hombres de Dios, pero éste no es uno de ellos, éste tuvo las manos manchadas con la vergüenza, el dolor,  el odio, la impotencia de tantas!. Este hombre tuvo el cuerpo y el alma llenos  manipulación, de cinismo, de autoimportancia. Este hombre no fue de Dios.
Porque ningún hombre de Dios, si no es que ningún hombre decente, sano y congruente, toma a una niña de doce años, aprovechándose de la confianza ciega con que la madre deposita en él, se la lleva a una casita en Cuernavaca para abusar de ella por una semana. Irónicamente, Semana Santa.
Me repito: no es solo mi historia, sino la de muchas. Y todas tenemos derecho a denunciar, a contar nuestra historia. Todas tenemos derecho a sanar.

Estos sucesos se dieron entre los 70s y 80s en mi caso, no sé qué tanto más antes y después.
Esto sucedió en el contexto del colegio CENTRO DE INTEGRACION EDUCATIVA, Plantel Casa de Moneda, donde curse la secundaria.
Hoy día, soy practicante, curandera, terapeuta y sobreviviente. Me muevo en un medio en el que disponemos de herramientas valiosísimas, como psicoterapia, Oración, meditación…y queremos ayudar. No es proselitismo, ni publicidad, son ganas de que otras como yo, puedan sacarlo y sanar.
Monyca Bouras

jueves, 6 de octubre de 2011

PABLO MORALES MANCERA – PSICÓPATA, PEDERASTA, PROTEGIDO POR SU POSICIÓN RELIGIOSA Y DE “PSICOTERAPÉUTA”.

No es fácil encontrar palabras para compartir lo que viví.  Me atrevo a escribir esta carta por el grado de conciencia al que he llegado y por abrir una puerta para aquellos que hayan tenido experiencias semejantes. Pablo Morales Mancera abusó de mi sexual y psicológicamente. Mantuve esta experiencia en secreto por más de 20 años por el impacto que tuvo en mi vida.

Siendo muy joven, alrededor de 13 años, después de que mis padres pidieron ayuda a Pablo Morales Mancera (quienes estando vulnerables, no dudo fueron también victimas). Él me pasaba a su consultorio a una especie de terapia,  confesión o algo parecido,  me sentaba en sus piernas y me preguntaba:

-         ¿Cómo me había portado en casa?
-         ¿Cómo iba en la  escuela?
-         ¿Obedecesa tu mama?


Después de mis respuestas me castigaba dándome nalgadas y luego me “consolaba”.  Desde esa primera vez no supe que hacer, me sentí confundida y no me atreví a decirle que no. Es así como empezó su abuso.

Pablo Morales Mancera, haciendo uso de su posición de sacerdote/psicólogo/asesor de escuela, y contando con la absoluta confianza de nuestros padres, tuvo acceso a muchos de nosotros y abusó.

En mi caso, esta situación duro alrededor de 10 años. Su poder y abuso comenzó cuando yo era una niña, antes de mi desarrollo sexual. Cuando empecé a desarrollarme, el hacía comentarios de cómo mi cuerpo estaba cambiando, me decía lo linda que estaba, me tocaba y besaba. Para no entrar en más detalles, yo tenía que hacer todo lo que el me pedía y no había forma de negarme. Su control era total. Quedé atrapada en su poder  y abuso hasta mis 23 años. Era como si yo no tuviera voluntad propia. Por otro lado, guardar este secreto ocasionó que me aislara de mis compañeros y de mi familia. No hablaba mucho por temor de que me preguntaran cosas que no podía compartir. Me quedé inmersa en la soledad. Mi sensación diaria era como de estar suspendida y en una inercia bajo el dominio de Pablo Morales. La primera vez que tomé conciencia del abuso, fue con la ayuda de un amigo.

El fue la primera persona a quien le platiqué lo que me pasaba. Hablando con mi amigo, escuché por primera vez que eso se llamaba abuso y estaba mal. Al saber lo que estaba pasando, me alejé lo más que pude de Pablo Morales. Sin embargo,  no fue fácil.  Logré alejarme físicamente, pero seguí confundida, sola y sin entender que me pasaba. Busqué terapias y traté de seguir adelante. Traté de olvidarlo todo. ¿Olvidar? ¿Esconder? es una misión imposible. No hay manera de olvidar o esconder una experiencia como esta.

No fue sino hasta hace aproximadamente 7 años que empecé a leer  sobre abuso/trauma/recuperación. Fue así que comencé a entender con más detalle en que consistió el abuso y el impacto que tuvo en mi vida. Entre mis lecturas leí la autobiografía de Margaux Fragoso, “Tiger Tiger” Hoy en día, una mujer en sus 30s que expone su experiencia de abuso a partir de los siete anos. Ella fue manipulada y abusada por un hombre de 50 años.

Con ayuda de estas lecturas empecé a poner nombre a lo que me había pasado y  entender muchas cosas. Aunque Pablo Morales me hacia sentir responsable de sus abusos,  ahora entiendo que eso fue parte de su estrategia de manipulación.  Ahora a mis 52 años estoy clara, fuerte y libre. Es ahora cuando puedo explicar y exponer lo que pasó.

Hace un mes y medio, una excompañera del CIE me contactó porque supo que yo había sido abusada por Pablo Morales. Monyca también fue abusada por él. Hablar con ella fue muy importante. Me sentí apoyada, nos dimos cuenta que tuvimos la misma experiencia, y fue un gran alivio saber que no era yo la única. Platicando nos dimos cuenta que contábamos una con la otra y que seguramente había mas gente afectada por ese psicópata.  Decidimos exponer nuestra experiencia, y tratar de ayudar a quienes también fueron y siguen siendo víctimas de ese monstruo.  Para mí, parte del objetivo es no solamente exponer quien fue realmente Pablo Morales Mancera, sino también hacer algo positivo y constructivo  de una experiencia tan difícil y destructiva.

Mi intención al darles a conocer mi experiencia es:

  1. Dejar de proteger al hombre que abusó de mi y me hizo tanto daño
  2. Destapar este secreto pensando en abrir  puertas para las personas que también fueron victimas  y están confundidas y atoradas
  3. Abrir una opción para quienes han tenido una experiencia semejante y sepan que no están solas(os). Habemos gente que puede entender y especialistas con quien pueden buscar ayuda
  4. Mantener un secreto de este tipo, es la manera de perpetuar estos actos y proteger al abusador.
  5. Estar alerta y saber que cualquier comportamiento perverso y frente al que tengamos aversión, temor o duda de que sea inadecuado,  hay que hacerlo notar a nuestros padres y no permitirlo.
Como todos saben, Pablo Morales Mancera esta muerto. En este momento, no es él quien importa sino nosotros(as). Las personas vivas que siguen atoradas y/o confundidas, como resultado de una experiencia de sojuzgamiento.

Por último, pongo a su disposición la siguiente página Web (esta en construcción) que nos dará privacía para poder compartir lo que queramos y hacer una red de comunicación, apoyo, y tener la posibilidad depreguntar y/o comentar algo. Sin embargo, este blog nos da la oportunidad de empezar la comunicación. La idea es saber que no estamos solos(as) y que podemos encontrar ayuda si la queremos.  

Para cerrar, no quiero dejar pasar la oportunidad de mencionar los miles de casos de abuso que en la última década han salido a la luz pública en Irlanda, en Alemania, en México, en EU, en Canadá, muchos de cuyos protagonistas han sido sacerdotes.

Les agradezco su atención y espero que el compartir mi experiencia sea útil para alguno de ustedes


Luz María Betancourt Falcó